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Óscar Hasbún, vicepresidente de Sofofa: “Para relanzar la inversión, hay que retrotraer la situación tributaria a antes de la reforma de Arenas”

El ejecutivo plantea que hay disponibilidad de discutir un nuevo impuesto al retiro de dividendos, pero que contemple una rebaja del tributo corporativo a 23% y que la tasa máxima para el accionista baje de 44,45% a 35%.

Por: Sebastian Valdenegro | Publicado: Miércoles 13 de marzo de 2024 a las 04:00 hrs.
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La reforma tributaria sigue en boga. La discusión del proyecto de cumplimiento fiscal y la recta final de las negociaciones por una nueva alza de impuestos tienen atentos a los gremios empresariales.

El vicepresidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Óscar Hasbún, cree que el timing para subir los impuestos “es muy contraintuitivo”. Más bien, dice, los esfuerzos debieran estar en cómo recuperar el crecimiento económico.

“En Chile, durante los 10 años anteriores a la reforma tributaria de Arenas creció a tasas que son más del doble de las que crecimos los 10 años siguientes, y que son más del doble de lo que se proyecta el crecimiento hoy. Y la pregunta que hay que hacerse es cómo podemos volver a crecer a las tasas que crecíamos antes”, plantea el ingeniero comercial de la UC y alto ejecutivo del grupo Luksic.

“El impuesto al dividendo es algo que se puede discutir en la medida que eso traiga aparejado una reducción más significativa del impuesto de Primera Categoría y una reducción más significativa del impuesto total que paga el accionista al final”.

- ¿Y ahí cuál es su fórmula?

- No hay mecanismo más efectivo para aumentar la recaudación que el crecimiento económico. Lo decía el estudio que preparó la Comisión Marfán: el 80% del aumento de recaudación no tiene que ver con los aumentos de tasas, sino con el crecimiento económico.

El crecimiento tiene otros elementos relevantes para la sociedad, como el crecimiento de los salarios de las personas, y la capacidad de la economía de generar empleo y empleos de calidad.

Cuando uno mira las cifras de empleo de los últimos 12 meses, el 40% de los empleos los creó el sector público, por lo que uno anticipa un gasto importante de la reforma tributaria en sueldos. Esos 80 mil empleos, si uno los calcula al mismo valor que gana un empleado público promedio, son alrededor de US$ 2.000 millones en sueldos.

Otro 40% del empleo es por cuenta propia, que es más informal, que no contribuye probablemente a pensiones, tampoco al sistema de salud y, por lo tanto, un porcentaje muy pequeño de los empleos totales es gente que contribuye a pagar impuestos y que contribuye a pensiones.

Si no revertimos esta situación vamos a tener requerimientos adicionales en el largo plazo muy relevantes, para la PGU, financiar el sistema de salud, porque se está creando una economía informal que crece. Todo esto tiene relevancia con la reforma tributaria.

- El proyecto de cumplimiento tributario trae una serie de medidas para combatir la informalidad. ¿Van en la dirección correcta?

- Efectivamente tiene medidas que valoramos, pero hay que tener en cuenta una cosa: la gente no es informal porque quiera ser informal, a veces el costo de la formalidad es muy alto y eso tiene que ver con la tasa de impuestos, con la complejidad de conseguir permisos para operar un negocio simple.

Debemos facilitarle a los informales el ser formales, porque el costo de la formalidad es muy alto. Es importante generar los incentivos para que haya más inversión que genere empleo formal. Nuestra propuesta tributaria apunta justamente en esa dirección.

Creemos que si uno quiere relanzar la inversión, tiene que tratar de retrotraer la situación tributaria a aquella que el inversionista y las empresas tenían antes de la reforma del exministro Arenas, del 2014.

- ¿Qué significa eso?

- Tenemos un impuesto hoy de Primera Categoría de 27%. Si entendemos que el Gobierno va a proponer bajarlo al 25%, nuestra propuesta es bajarlo a un 23%, que es la tasa promedio de la OCDE.

- Pero eso tiene un impacto relevante en recaudación.

- Sí, de dos puntos de las utilidades de las compañías, que se estima en algo así como US$ 900 millones adicionales.

Ahora, estas rentas terminan en el bolsillo de los accionistas, que son los inversionistas, los dueños de las empresas. Y hay que entender que el inversionista tiene el legítimo derecho de llevarse esta plata al final a su bolsillo. Por lo tanto, la tasa total que paga el inversionista es muy relevante.

Y esta tasa, también por la reforma de Arenas producto de la desintegración del sistema y el aumento de las tasas marginales, se generó una tasa total de 44,45%, mientras que los inversionistas extranjeros pagan 35%.

Nuestra propuesta también consiste en llevar la tasa marginal máxima de este tipo de rentas al 35%.

- ¿Retrotraer la situación tributaria al 2014 es bajar la tasa a 23%, integrar el sistema y situar la tasa máxima de los accionistas a un 35%?

- Claro. La verdad es que desintegrar el sistema no es una baja de impuestos ni un alza de impuestos. El efecto de la desintegración va a depender de cuáles son las tasas que uno ponga. Yo preferiría no hacer grandes cambios en materia de integración y desintegración, pero obviamente que es un tema que estamos abiertos a analizar.

- El Gobierno va a insistir con el sistema dual, que es la desintegración.

- No nos podemos hacer trampas en el solitario. Aquí lo que importa son los impuestos totales que se va a pagar por hacer negocios en Chile. Y, en la medida que esos impuestos totales no varíen de manera relevante, porque la propuesta que entendemos va a traer el ministro es un cambio marginal en la tasa total de las rentas del capital, no creemos que vaya a haber un impacto relevante en la inversión.

Entonces, creemos que nuestra propuesta, de crear un impuesto al dividendo -que sea un crédito para efectos de llegar a la tasa del 35%- que mitigue estos US$ 900 millones de menor recaudación por la baja del impuesto corporativo, es una discusión en la que estamos abiertos y me imagino que el Parlamento también lo estará.

Para nosotros, el impuesto al dividendo es algo que se puede discutir en la medida que eso traiga aparejado una reducción más significativa del impuesto de Primera Categoría y una reducción más significativa del impuesto total que paga el accionista al final. O sea, el 35%.

- ¿Esa es una línea roja para ustedes?

- También es importante la baja de Primera Categoría, porque las empresas reinvierten desde sus utilidades. Obviamente que si uno baja más la tasa de Primera Categoría y genera un impuesto al dividendo, está generando un incentivo muy grande a la inversión y a la reinversión de las propias utilidades. Las dos tasas son relevantes.

Debate sobre incumplimiento

- ¿El impuesto al dividendo sería el único mecanismo compensatorio de recaudación? Porque el Gobierno quiere, con todo el conjunto de medidas del pacto fiscal, recaudar 2,7% del PIB.

- Estamos en desacuerdo con subir ningún impuesto en este minuto. Tenemos que preocuparnos de aumentar la formalidad. No podemos seguir poniéndole más costo a quienes hoy día cumplen tributariamente. En ese sentido, la cifra del informe que encargó Hacienda habla de una evasión de 5% del PIB. Si hay un 5% del PIB de evasión, ¿por qué no somos más ambiciosos en esa meta del 1,5%del PIB de recaudación? ¿Por qué seguir cobrándole más a los que ya pagan? Eso genera más incentivo a la informalidad.

También creo que el sector público debe hacer un mayor esfuerzo en temas de eficiencia.

- El proyecto de renta incorporará un aumento de la tasa marginal para las personas que ganan desde $ 3,2 millones y se subirá el impuesto a las operaciones bursátiles. ¿Cómo ven estos dos estas dos propuestas desde la Sofofa?

- Honestamente, creo que seguir subiendo los impuestos a los que pagan impuestos, donde ya las tasas que tenemos son bastante altas, no es la solución. Aquí el objetivo tiene que ser bajar la informalidad y aumentar el crecimiento, y hacer el Estado más eficiente.

El balance de los dos años de Gobierno: destaca reducción de inflación, pero tiene reparos de cambios a permisos sectoriales

Hasbún también valora la gestión macroeconómica del ministro de Hacienda, Mario Marcel.

- ¿Cuál es su balance de los dos años del Gobierno?
- En cuanto a lo positivo, efectivamente el ministro Marcel -sin duda apoyado por el Presidente Boric- ha tenido una labor de contención en materia de retiros de fondos de la AFP y de gasto público, que junto con la política monetaria del Banco Central ha generado caídas en la inflación. La estabilidad macroeconómica es muy relevante y en eso celebramos mucho lo que el ministro Marcel ha hecho.
Ahora, estamos al debe, y honestamente debo decirlo no es solo una deuda de este gobierno sino de los últimos diez años, en cómo volvemos a relanzar el crecimiento económico del país, de manera de que se generen mejores y mayores empleos formales.
No hay ninguna política pública de subsidio que pueda reemplazar un empleo formal y en eso creo que estamos al debe. Ahí es donde el Gobierno tiene un tremendo desafío.
Quizás no era parte de su agenda original, había una agenda más transformacional, pero hoy la situación económica y la realidad política hacen que se haya transformado en una prioridad. Y esperamos que en esto también se actúe con mucho esfuerzo en tratar de generar las condiciones para las inversiones.
- ¿Ve proyectos del Gobierno en la línea de impulsar la inversión?
- Tenemos algunos proyectos del Gobierno que van en esa dirección. Quiero destacar el proyecto de los permisos sectoriales, que es un proyecto bien inspirado, liderado por el ministro Grau y que esperamos que eso genere algún impacto en el tema de permisos sectoriales.
Tenemos muchos más reparos en el proyecto de permisos medioambientales y, por supuesto, tenemos muchos reparos en el proyecto de reforma tributaria, porque no van en la dirección necesariamente relanzar el crecimiento y podrían al revés afectarnos.
Creo que tenemos una oportunidad única porque Chile está posicionado de manera muy protagónica en el mundo para efectos de la transición energética, que a nivel global requiere de cobre, de litio y de energía verde. Y nosotros en las tres esferas tenemos ventajas competitivas.

 

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